Associação da Rede Unida, 15º Congresso Internacional da Rede Unida

Anais do 13º Congresso Internacional da Rede Unida

v. 4, Suplemento 1 (2018). ISSN 2446-4813: Saúde em Redes
Suplemento, Anais do 13ª Congresso Internacional da Rede UNIDA
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La construcción de cuerpo de guerra y su relación con el cuidado de la salud de los combatientes de las FARC
Federico Villegas

Última alteração: 2022-01-31

Resumo


Presentación:

El momento actual en el que se encuentra Colombia en torno al proceso de finalización del conflicto interno más antiguo de occidente, es un suceso que ocupa siempre un lugar en la agenda de las naciones que hicieron parte de la construcción multilateral de los acuerdos de paz. Esto reconocido como un hecho histórico que amerita todo tipo de veedurías internacionales para la construcción de una paz estable y duradera.

El “cuerpo de guerra”, categoría que usaremos en la presente investigación, es una construcción simbólica derivada de las experiencias de aquellos hombres y mujeres que participaron activamente, como guerrilleros o guerrilleras, en el conflicto armado colombiano. Consideramos a través de las experiencias registradas, que esta construcción simbólica de cuerpo goza de  características específicas para afrontar el sufrimiento, la enfermedad y la muerte, por lo que su relación con los procesos de salud/enfermedad/atención tienen una lógica interna propia, ajustada a las necesidades derivadas de la insurgencia.

El núcleo conceptual que define el cuerpo tiene como referencia histórica el momento inicial de descubrimiento del cuerpo anatomo-fisiológico por lo que su significado tiene como premisa el campo biológico y sus múltiples interpretaciones y ramificaciones del conocimiento en este ámbito. Esto define en gran medida las formas de atención de este cuerpo en el momento de su fragilidad o enfermedad, es decir, junto a este concepto de cuerpo nace la clínica, una clínica biomédica. Configurando una hegemonía de la biomedicina en las prácticas asistenciales.

Por otro lado Gilez Deleuze (1994) toma prestado del dramaturgo Antonin Artaud (1896-1948), el concepto de “cuerpo- sin-órganos” a través del cual formula la idea de un cuerpo afectivo o sensible, sujeto a cambios según su relación con el mundo, que determina la forma como se relaciona con los diferentes fenómenos que conforman la realidad. Por ejemplo, la salud/enfermedad/atención.

En el caso de la formación de los “cuerpos de guerra” como los aquí discutidos, de los excombatientes de las FARC, sufren un proceso de desterritorialización para asentarse en un territorio afectivo donde se afirma definitivamente como un combatiente. La nueva experiencia lo constituye subjetivamente como un “cuerpo de guerra”, con definiciones específicas propias de la relación con el mundo de la vida, redefine los límites del cuerpo en la capacidad de sufrir agresiones, sentir dolor y resistir. Este cuerpo se define principalmente por el flujo de afectos que lo afectan, dejando sus efectos en la formación de este ser, con singularidades formadas en la experiencia de la guerra.

El reconocimiento del trabajador de salud de que existe un “cuerpo de guerra” con designaciones específicas que lo identifican como tal, se traduce en pensar prácticas clínicas y asistenciales adecuadas y efectivas para este cuerpo que trae en sí mismo las marcas de guerra. Entender las dimensiones del cuerpo más allá de lo anatómico, pone en evidencia a un cuerpo sensible que resignifica la forma como se relaciona con la vida y configura una manera particular de experimentar los procesos de salud y enfermedad. Pretendemos brindar herramientas teóricas que exhorten a la producción de cuidado enfocado a las particularidades de los grupos poblacionales, en este escenario, de los excombatientes de las FARC, a partir de la siguiente pregunta de investigación:

¿Cómo la experiencia de guerra afecta el cuidado de la salud de los combatientes de las FARC?

Desenvolvimiento del trabajo:

Esta pregunta de investigación nace de la experiencia del autor en el Voluntariado de Paz realizado por estudiantes universitarios en el año del 2017, donde se llevaron a cabo diferentes actividades con los combatientes ubicados en zonas específicas del territorio naciona, dentro de la cuales se destaca las actividades de atención médica, promoción y prevención de la enfermedad y atención en salud mental. Fue a través de las interacciones entre los brigadistas y los combatientes, que se hizo evidente desde el lenguaje y el comportamiento, cicatrices tanto física como afectivas de los años de conflicto armado por los que trasegaron dichos cuerpos y que modifican la forma como se relacionan, incluso “fuera de la guerra”, con la realidad.

Tal como se evidenció en una consulta médica en la que frente al hallazgo de una lesión tumoral se propuso a la paciente la valoración microscópica e imagenológica de la lesión previa a la extracción quirúrgica.; frente a lo que respondió “no doctor, para eso pido que me hagan esto acá, me pongo un trapo en la boca y que me lo quiten”

Cuando la sangre y la muerte adquieren protagonismo en lo cotidiano, el combatiente requiere adoptar una serie de comportamientos que le permitan sobreponerse al impacto emocional, con herramientas que van desde la justificación hasta la normalización. Requieren entonces perder el miedo al combate, al dolor y a la muerte, con prácticas corporales en las que tolerar el sufrimiento, controlar las emociones y hasta negar la enfermedad hacen parte de lo válido y acertado para la vida en insurgencia.

“A mí me tocó parir en medio de un bombardeo, estaba ya en trabajo de parto y una compañera me atendió mientras a los lados caían cargas... salí corriendo con el niño cargado... al otro día lo dejé en un pueblo”

Todo lo anterior expone una serie de experiencias que movilizan afectos y resignifican la noción del cuerpo y la manera en la que se relacionan con el entorno. Estos factores de afectivación nos permiten entender el proceso de formación del cuerpo de guerra que de manera directa modifica el comportamiento de este sujeto frente a la salud y la enfermedad; en el sentido en que el cuidado ha estado todo el tiempo durante la guerra ligado a la posibilidad de sobrevivir, más no relacionado a otros aspectos como la prevención de la enfermedad o promoción de la salud.

En busca de ampliar la experiencia anterior, y como producto de mi tesis de maestría, entre abril – junio 2022, estaré llevando a cabo el trabajo de campo con los combatientes de las FARC, donde a través del método cartográfico exploraré las producción de subjetividades entorno de sus cuerpos, buscando procesos activos de desterritorialización hacia territorios existenciales en tiempos de post-acuerdos de paz y la forma en la que estos procesos afectan el cuidado de su salud.

Consideraciones finales:

Los servicios de salud juegan un papel importante en todo esto. Por lo que comprender el significado que los excombatientes se dan a sí mismos y a las formas de lidiar con la realidad, incluida su salud y sus cuerpos, es importante para crear la posibilidad de producir cuidado, compartiendo sus conocimientos sobre la salud y la enfermedad. Del mismo modo, con aras a forjar un escenario digno para la reincorporación social, es impostergable el debate respecto a cómo debe cuidarse un cuerpo de guerra, que consideraciones especiales requiere en su atención en salud y que estrategias se requiere para su desterritorialización hacia un cuerpo de y para la paz.